martes, 9 de abril de 2013

Siempre nos quedará París... o no

Por BÁRBARA HERMIDA

Si hablamos de una pareja de enamorados que se encuentran a lo largo del tiempo, sufren, se divierten, y se meten en líos en plena Segunda Guerra Mundial, se nos viene a la cabeza inmediatamente esta película; Casablanca. 
Efectivamente, la película transcurre en Casablanca, que era un conocido paso entre la Europa casi dominada por las tropas nazis y la promesa de la salvación americana. Y este es el principal contexto en el que el amor de Rick e Ilsa se desenvuelve. Engaños, traiciones, falsificaciones, persecuciones... Un amor que lo aguanta todo a ritmo de jazz. 

Es curioso, sin embargo, conocer que esta película no fue un camino de rosas en su creación; en realidad, no existía un guión cerrado y definitivo de lo que más tarde sería producido, sino que el guión se iba escribiendo a medida que avanzaba el rodaje. Tanto es así, que esa famosa frase "Esto puede ser el comienzo de una gran amistad" no era en realidad parte del guión, pero finalmente agradó tanto a toda la plantilla de rodaje  que decidieron incluirla. Ingrid Bergman, la actriz protagonista, afirmaba en sus memorias: 
" El guión se modificaba sin descanso y rodábamos a diario a partir de cero. Yo le preguntaba al director a precisar de quién estaba enamorada, y él me respondía: 'Aún no no se. Mientras tanto, actúe' "


También durante el final del rodaje, en la escena final existieron complicaciones, esta vez de carácter económicas. Por ello, el aeropuerto que aparece fue construido por completo en un pequeño estudio, siendo así el avión nada más que una maqueta bien construida. 
El director resolvió esta difícil situación contratando a unos enanos para que se movieran alrededor de la maqueta del avión y dieran así sensación de realidad.

Esta película es, sin duda, una historia de amor entre Ilsa y Rick, protagonizados por Ingrid Bergman y un Humprey Bogart en plataformas para llegar a la altura de la actriz. Fue tal el éxito alcanzado por esta película (posiblemente por el momento en el que fue expuesta en los cines, contemporáneo al contexto histórico de la película) que ese mismo año, 1943, la película ganó los Premios de la Academia a mejor película del año, mejor director (Michael Curtiz) y, sorprendentemente, Mejor Guión.

En definitiva, una gran historia de amor, en la que se oculta una gran lección de historia. Preparen sus pañuelos y sus mentes para dejarse llevar al ritmo de "As time goes By". Merece la pena.


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